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Si hicieras lo correcto podrías andar con tu frente en alto. Pero si actúas mal, el pecado, como una fiera, está listo a lanzarse sobre ti y destruirte. Sin embargo, tú puedes dominarlo».

Un día Caín invitó a su hermano a dar un paseo. Cuando estaban en el campo, Caín atacó a su hermano y lo mató.

Poco tiempo después el Señor le preguntó a Caín:

―¿Dónde está Abel, tu hermano?

Caín le contestó:

―No lo sé. ¿Acaso tengo la obligación de cuidar a mi hermano?

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